Cuando un pino danza al compás del viento
tu estás allí, en ese movimiento encadenado,
a miles de movimientos del espacio,

Cuando mi cabeza reposa sobre la almohada
y acomodo mi cabello en un gesto habitual
tu estás allí, en esos pensamientos que descansan
que te extrañan, que miden un día más sin ti.

Cuando dos colores se unen en una ochava de luz
tu estás allí, tu gris perenne al paso del tiempo
es indestructible y se asocia al azul del mar
formando una única piel inalterable, perdurable.

Cuando la suave luz azul de una vela perfumada
Se libera, se amplia y expande en el espacio
Tu estás allí, en esa llama roja apasionada.

Siempre estás, aun, cuando no lo sepas,
siempre estás.

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